Artículo ‘Marca’: El Burgos, del ‘selfie’ a la desaparición
Los jugadores del Burgos se hicieron un ‘selfie’ en la cancha para celebrar el ascenso a la Liga Endesa, el tercero consecutivo desde 2013. Ocurrió en abril. A día de hoy, el CB Tizona no ha podido consumar el salto a la elite, siente el desamparo de las instituciones, especialmente del CSD, y tampoco se ha inscrito en la Adecco Oro, la segunda categoría del baloncesto español porque no ve futuro. Se cansó de ganar para nada, de ilusionar a sus aficionados para luego frustrarlos. El club no ha desaparecido porque mantiene su proyecto de cantera para que no se pierda la marca, pero el básket de elite parece una realidad virtual en Burgos.
La paradoja es que el pasado martes, el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, presentaba junto a los responsables de la FEB el partido amistoso que la selección de Scariolo disputará ante Venezuela en el Coliseum el próximo 18 de agosto. Será, salvo giro total de los acontecimientos, el último contacto de la ciudad castellana con el baloncesto de primer nivel.
El pabellón, sus dimensiones reducidas, fue precisamente uno de las barreras con las que topó el Tizona los años anteriores para inscribirse en la ACB. El Plantío no daba la talla. Solucionado este asunto, el Burgos topó con el canon de cerca de cuatro millones de euros, inabordable. El camino de alcanzar la ACB tras adquirir los derechos del CB León, en quiebra, era una vía muerta según dictaminó la asamblea de los Clubes.
El Burgos recurrió al TAD y pidió una solicitud de amparo al CSD, pero la intervención del Consejo fue tibia. Se inhibió por “carecer de competencia en una entidad privada que cuenta con su propio ámbito organizativo”. Paralelamente, Miguel Cardenal escuchaba las reclamaciones del Ourense, una entidad en una situación similar pero distinta, con su ascenso a la Liga Endesa logrado en la cancha, pero en stand-by por sus graves problemas financieros tras someterse a la auditoria de la ACB.
El Ourense tenía comodín en forma de asideros políticos poderosos en el PP, a través de la Diputación de Ourense. Tan sólidos como para hacer que al final todo dependa de una decisión del Consejo, que puede pronunciarse en contra de las resoluciones de la misma competición donde no podía intervenir porque era “una entidad privada”.
Escenario surrealista
El escenario que se puede otear en el horizonte podría llegar a ser dantesco: Liga Endesa de 19 equipos justo en los tiempos en los que los clubes poderosos quieren una reducción de contendientes en la máxima categoría para aliviar el calendario, extenuante por la ampliación de fechas en las competiciones europeas. El Real Madrid disputó 79 encuentros la pasada temporada, casi como en la NBA. El Barça un partido menos.
El Burgos sigue pataleando. Ha anunciado para esta semana la presentación de una denuncia ante el Juzgado de lo Mercantil de Barceona contra la ACB tras entender que ha satisfecho todos los requisitos para su ingreso en la Liga. Desde la Asociación consideran que el club castellano sólo había abonado una parte del canon, en concreto 150.518 euros, una cantidad insuficiente.
‘Quo Vadis’ ACB
La encrucijada para la ACB es peligrosa. Por un lado, soportar la crisis de credibilidad de un campeonato donde es muy difícil acceder según los criterios económicos, pero que está lleno de pozos negros en las casas de unos inquilinos cuyas cuentas tampoco cuadran por lo general. Por otro, la sensación, nefasta para despertar el interés del aficionado, de una competición en la no ocurre apenas nada porque, entre otras cosas, los que descienden no lo hacen y las plazas para la máxima competición, tres de cuatro, están asignadas de antemano. El descrédito no tiene precio. Saldrá más caro que el famoso canon.
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